Collage íntimo

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Trocitos...

domingo, 1 de julio de 2012

El primer día del resto de tu vida

Como buen escritor (¡já!) siempre he tratado de huír de las frases tópicas y manidas. Lo recomiendan todas las guías para escritores novatos. Y no traigo a colación ese título porque sea aficionado a prescindir de todas las sensatas recomendaciones que escucho o leo, sino porque es el título de una buena película que vi ayer.
Mi señora se durmió, pero no por aburrimiento, sino por sueño y porque se "envicia" y se "endroga" con el sofá y con los cojines. Y, mira que es pequeño nuestro viejo sofá...
La peli se llama "El primer día del resto de tu vida" (Rèmi Bezancon, 2008. Francia). http://www.filmaffinity.com/es/film692756.html
Es una de esas películas sin puñetazos, recreaciones virtuales ni efectos especiales. Todos los golpes que se dan caen sobre el alma y resuenan por sus recovecos más íntimos. Os la recomiendo, básicamente, porque le encuentro varias sencillas virtudes. A saber:
Lo que cuenta no es nuevo, es más, es tan viejo como la vida y las personas, pero su grandeza radica en la forma en la que lo hace; la verosimilitud de sus cercanos personajes y la proximidad en lo que les pasa.
Recorre territorios comunes a los sentimientos y recuerdos de cualquiera de nosotros, tanto por las interrelaciones familiares como por los cruciales momentos de transición que viven cada uno de ellos. Y, por encima de todo, la delicada y sensible forma en que está narrada, con una especial capacidad del director para reflejar esos pequeños detalles de la vida que, siendo insignificantes, resultan precisos para engrandecerla.
Os guste más o menos, invito al que no se sienta identificado en algún momento de la peli a volver cuanto antes al lejano planeta del que vino.
Otras virtudes: pues, qué decir, una banda sonora muy por encima de la media habitual en la que se recopilan grandes temas.
Por encima de todo, consigue moverte infinidad de recuerdos y todos esos sentimientos que, sabiendo que están ahí, con frecuencia son olvidados durante largos periodos de tiempo. Demasiado largos. La importancia de la familia, del cariño, del ejemplo, de la responsabilidad y la paternidad, de la educación, de la comunicación, del trabajo, de la confianza, de la empatía... y de tantas otras cuestiones que, a menudo, obviamos por la ferocidad con que nos empuja la vida.
Me ha gustado la película porque me ha hecho recordar, sentir y valorar todo lo que tengo y que doy por supuesto, todo lo que puede ganarse o perderse por una decisión equivocada, todo aquello que vertebra y cohesiona y compone mi cotidianedad y, por consiguiente, mi vida.
Por no aburrir más, otro día os hablaré de otra peli que vi ayer (¡Sí, vimos una en la siesta y otra por la noche! ¡Viva el verano!) y que me gustó también muchísimo: "Un dios salvaje", la última de Roman Polanski (2012). Dos matrimonios encerrados en un piso diseccionando involuntariamente sus vidas y diciéndose de todo los unos a los otros. ¡Apoteósica! Ahí os la suelto, por si queréis verla.
Hace poco también vimos una reciente "precuela", la entretenida y muy aceptable "El origen del planeta de los simios" de Rupert Wyatt, 2011.
Ella me empujó a volver a ver "El planeta de los simios" original (no el pastiche de Tim Burton, 2001), de Franklyn J. Schaffner, 1968. Una inconmensurable peli de ciencia-ficción que inevitablemente te hace replantearte la condición humana y sus posibles consecuencias. Como dice Javier Ocaña en Filmaffinity, "Una de las mejores películas de Ciencia-Ficción hechas hasta la fecha. Mantiene todo su esplendor, sobre todo por su apocalíptico final: si no sabes cómo acaba la película tienes toda mi envidia".
Ah, y os tengo que hablar de la trilogía de El Padrino (Francis Ford Coppola, 1972, 1974, 1990) que la he visto estos meses y aún la estoy digeriendo cual cinéfilo rumiante. Igual debería ver de nuevo las tres antes de pronunciarme, pero entiendo que sean unamimemente consideradas entre las 10 mejores películas de la historia del cine...
Uy, uy, uy... que me lío.
Ojalá estuviéramos siempre abiertos a aprender todo lo que algunas películas están dispuestas a enseñarnos.
¡Qué grande es el cine!


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Salvador Terceño Raposo

4 comentarios:

MATI dijo...

OLE MI NIÑO ,LO QUE SE HEREDA NO SE ROBA, Y COMO DICE MUY BIEN SABINA; CINE, CINE, CINE ,MAS CINE POR FAVOR ,QUE TODA LA VIDA ES CINE ...
VOY A VER ESAS PELIS, BUENO LAS QUE NO HE VISTO,YO TAMBIEN TENGO LAGUNAS.PARA MI EL CINE ES LA MARAVILLA, TIENES EN DOS HORAS, INTERPRETACIÓN,Y TU PROPIA INTERPRETACIÓN ,MÚSICA, HISTORIAS, FUERTES, DULCES,TODO ESTO ES IMPAGABLE.GRACIAS A LOS GENIOS QUE QUISIERON DEJAR SUS NEURONAS PARA NUESTRO DISFRUTE.GRACIAS POR TU BLOGGER SALVA.

Willie dijo...

Hablando del Planeta de los simios, me encanta el cine de ciencia ficción y es una pena que ya casi no se produzca nada sobre el tema.

Para mí una de las mejores peliculas de todos los tiempos es 2001 Odisea espacial, de Stanley Kubrik. Solo un dato, cuando la rodó el hombre todavía no había pisado la luna.

Un abrazo
Willie

Salva & co. dijo...

Hola, mami! Evidentemente, buena parte de mi amor por el cine (y el arte en general) te lo debo a tí. Supongo que no se pasa espontáneamente de idolatrar "Top Gun" a erizárseme el vello viendo "Fresas salvajes" de Bergman, "Annie Hall" de Allen o "La noche" de Antonioni... por poner tres ejemplos. Si perder de vista de que se trata de un arte visual, sonoro, musical, narrativo, etc. capaz de emocionar, sorprender, denuncia, estremecer, etc. quizá más que cualquier otro.
Te quiero, mami. Gracias por esto y por todo lo demás. Un beso gordo.

Salva & co. dijo...

Hola, Willy! Me alegro de escucharte y espero que andéis todos bien por casa. Es verdad que cada vez se produce menos de ciencia ficción, pero de ciencia ficción de la buena. Hay muchas pelis con naves espaciales y marcianos y marcianos y costosos efectos especiales, pero sin ese puntito (para mí imprescincible) de indagar en los vericuetos del alma humana.
Te confieso que no he visto 2001 del maestro Kubrik, pero sí que le tengo en la lista de las próximas a ver. Ya te cuento.
Un abrazo.