Collage íntimo

Collage íntimo
Trocitos...

lunes, 13 de enero de 2014

¡Tempus fugit! ¡Carpe diem!

El 8 de diciembre del pasado año 2013 Kim Basinger cumplió 60 años.
Escuché la noticia, porque no puedo decir que la viera, en la televisión y la recibí como un auténtico manguerazo de agua gélida a presión. Woooow! ¿60 años? Probablemente se trate de la artista que más ardientemente he deseado en toda mi vida, sobre todo en los años en los que se desea con tanta vehemencia y pasión a las artistas. Hombreee, luego han llegado Mónica Bellucci y Charlize Theron, a las que he regalado mi amor más maduro, más experto e incondicional, pero, como decían en "La historia interminable", "esa es otra historia...".
Total, que la mujer de la que crecí salvajemente enamorado es ahora una atractiva señora mayor... Paradójicamente, yo sigo siendo aquel chaval ansioso por crecer a quien "Nueve semanas y media" dilató algunas juntas y aflojó algunas tuercas y me parece que el tiempo no ha pasado... Sobre todo por mí, porque ella tiene sesenta castañas y es una señora mayor...
-Papá, ¿cuándo termine los deberes podemos bajar al parque con los helicópteros?
-Hijo, va a ser muy tarde para eso y ya es de noche... El sábado los bajamos.
-¿Pero, si acabo pronto bajamos?
-Tú termina y ya veremos...
-Pero ayúdame...
-Hijo, si estoy aquí sentado ayudándote.
-Estás todo el tiempo con el telefonito...
-No empieces ya con eso... A ver, ¿repasamos Egipto y Mesopotamia?
¡¡¡¡¡BRRRRRROOOOUUUUMMMMMMM!!!!!
Así suena un terremoto emocional dentro de mi cabeza.
Ya no soy aquel jovencito formal y educado que yo creía. De repente, soy un padre de familia que dedica la tarde a preparar meriendas y a repasar para un examen de sociales con su hijo de ocho años en que entran los temas de La Prehistoria, Egipto y Mesopotamia y éste ha de escribir respuestas como "régimen político: Teocracia" u "organización económica: autárquica". Palabros ininteligibles para niños de talla y peso medios pero que empujados a través de un embudo consiguen interiorizarse con cierta facilidad.
-¿Tú has terminado ya de leer? -interrogo al pequeño desde la mesa mientras éste devora un mantecado en el sofá con los ojos clavados en las surrealistas peripecias de Mr. Bean.
-Que siiií...
Miente descaradamente. Mi sangre comienza a hervir en su envase anatómico pero, al momento, se me hiela y paraliza. Veo mi reflejo en el cristal de la puerta corredera que da paso a la terraza. Buscaba el de un atlético chico con abundante pelo oscuro y sólo consigo ver la imagen tenue y especular de un tipo canoso, cuarentón, con barba de dos días, ojeras y viejo e impresentable pijama de invierno. Las ojeras son como unas nieves perpetuas bajo mis ojos. Me recuerdan la horrible guardia del día anterior y el hospital en el que trabajo. En él trabajan personas que podrían ser mis hijos o hijas: administrativos/as, enfermeros/as, auxiliares... que andan en torno a los 21-23 años y que me fuerzan a hacer una cuenta mental cuyo resultado me desagrada y dibuja una mueca de contrariedad en mi rostro. Si yo tengo cuarenta y dos y ella tiene veintiuno, yo podría haber sido su padre con veintiuno.
¡¡¡¡¡BRRRRRROOOOUUUUMMMMMMM!!!!!
Otro tsunami emocional...
Y yo, que suelo pillar rápido las indirectas y soy un lince atando cabos, cojo todos esos cabos y resuelvo la ecuación:

[(Kim B. 9+1/2weeks x 60) + (teocracia - autarquía) + (canas % ojeras)] / (hijos potenciales-21) = Yo x 42? :-(((

Tras despejar la Y de la palabra "Yo" descubro al "Yo" de final de 2.013 y comienzo de 2.014. Es un tipo cuarentón con el pelo gris en aceptable cantidad, casado, con dos hijos, que lucha por salir adelante y busca de forma inconsciente las felicidad de su gente y la seguridad de su familia. Es un buen tío, sensible pero resistente, que necesita a su familia y colecciona libros, películas y grandes amigos. Un tipo que transita por los años del ecuador de su vida sin percatarse de ello, sin ser consciente de la trascendencia de cada uno de sus actos. Pero, ¿y quién lo es? ¿Pero qué coño es eso de "¿quién lo es?"? ¿Y, a quién le importa quién lo es? A mí me importa serlo yo... ¡Tengo que serlo yo!
¡TEMPUS FUGIT! ¡CARPE DIEM!
¡El tiempo escapa! ¡Aprovecha el momento!
Lejos de venirme abajo, porque yo no soy muy de "eso", me vengo arriba y me inundo de ganas de multiplicar mis sentidos, de percibirlo todo, de tener los poderes de los superhéroes de los cómics y películas que me alimentaron: ultra-visión, super-audición, olfato de sabueso, mega-sensibilidad... ser tan poroso y que todo me penetre y pase a través de mí dejando su huella, su peso y su gravedad. No necesitar dormir ni descansar... Quiero crecer y cambiar. Quiero evolucionar: mejorar. Que mis pensamientos sean siempre adecuados a la necesidad: densos cuando se precise y ligeros como un gorrión cuando sea oportuno. Que mis palabras acaricien y mis manos sanen y mi cuerpo abrace... pero que mi cuerpo acaricie, mis manos abracen y mis palabras sanen...
Siempre he presumido de no dejarme amargar por lo que no depende de mí ni puedo controlar. Que pase el tiempo, mi pelo claree en número y color o mis ocupaciones vespertinas sean las de un padre-de-familia cuarentón es algo que depende sólo del paso del tiempo y lo que éste ha hecho de mí. Lo que sí depende de mí es lo que verdaderamente me preocupa. Lo que yo podría controlar. Lo que yo debiera ser capaz de decidir, dirigir y optimizar.
Cuanto más tiempo escape, menos queda y más valor adquiere. Todo este trajín que anda estos días del nuevo año rondando mi cabeza me empuja a usar ese tiempo de la mejor manera posible, de forma consciente para, así, vivir cada experiencia con la mayor intensidad posible, con la presencia de todos y cada uno de mis sentidos, con la mente y el cuerpo volcados al ciento veinte por cien en cada tarea que me ocupe y, dado que el tiempo de que disponemos es un bien preciado y limitado, elegir muy bien cada cosa que hago y cómo lo hago.
Como primer planteamiento, y sé que esto me va a costar, tengo la intención de reducir mi uso del teléfono. Whatsapp y facebook me roban cientos de minutos a la semana; miles de minutos al año. Desde verano sólo he conseguido leer un libro, escribo muy poco y casi no dibujo ni pinto nada. Mis hijos tienen la sensación (con razón) de que estoy todo el día, como ellos dicen, "con el telefonito". Y, aunque les dedico muchísimo tiempo y, por suerte, gracias a mis horarios de trabajo, infinitamente más que la media de los padres que conozco, si dejara "el telefonito", podría dedicarles más y estar al cien por cien con ellos cuando hacemos los deberes o jugamos a algún juego de mesa. Me he prometido no tocar el móvil mientras esté leyendo o viendo una película en casa, como si estuviera en el cine, y no andar manipulando el teléfono mientras estoy sentado en una mesa con más personas, comiendo, conversando, bromeando, riendo... Lo contrario, aparte de ser una absoluta (y socialmente aceptada) falta de respeto, es hacer las cosas a medias, sin atención, interés ni consciencia. Perderme la elocuente mirada de los amigos, de mis padres, hermanos, familia... Percibir su necesidad, sudolor, su ilusión... Los chispeantes ojos de mis hijos, los movimientos de sus juguetonas manos, las divertidas muecas de sus caras, su forma de sonreír, su forma de sujetarse la cabeza mientras hacen los deberes, su forma de limpiarse la boca con el dorso de la mano, la forma en que rebuscan la pieza adecuada de Lego, su asombrosa y espontánea forma de bailar, la forma de apoyar y apretar un labio sobre el otro para hacer sonar el fonema "p", su inagotable perplejidad, su voraz aprendizaje, su veloz crecimiento...el brillo de su vida. La riqueza de mi vida.
Tempus fugit... Carpe diem.
El tiempo vuela. Por favor, aprovecha el ahora.

7 comentarios:

One dijo...

1º Totalmente de acuerdo en los gustos "cinematograficos".
2º ¿a que no hay güevos a venirse a carnaval?"¡Tempus fugit! ¡Carpe diem!" como mucho nos quedan 20 carnavales a tope de pagüer, primo.
3º lo del telefonito me parece correcto, es mas, deja el guasa y el apalabrados con mi señora, que luego no tiene tiempo pa hacer los deberes.
4º Muy mal se nos tiene que dar, para que no te llame aluego endispues.

Yoyo dijo...

Hola darling! Sí señor, tienes muy buen gusto, tres mujeres de bandera, y no se parecen a los "cactus", ja, ja. Esta palabra nos persigue últimamente, amigo. Conclusión, está claro que los cactus no te gustan (perdonad, el sabe por qué digo ésto).Siento decirte, darling, que si "la Kim" cumple, cumples tú "mi arma" y todos contigo claro. Ahora, eso sí, lo corroboro, es una "señora estupenda", ya quisiéramos más de una. Continuando con tu exposición, jovencito YA NO, formal y educado SI, tus padres hicieron un buen trabajo, y un padre de familia ESTUPENDO. Has visto? El mismo adjetivo que le has aplicado a "la Kim". No hay que ser como ella para estar estupendo pero si Ser Estupendo. Te regalo está frase en latín "EXPERIENTIA DOCET" (La experiencia enseña). Eso es por lo del personal de tu hospital, son jóvenes y lozanos, pero la experiencia es más valiosa. Sabes? Nuestros cristaleros deben ser de la misma escuela, porque a todos nos ocurre lo que a tí cuando nos vemos reflejado en ello, y qué más da!!! Esas ojeras, las tuyas, son el fruto de tu valorado y preciado trabajo de hacer el bien a los demás. Tienes suerte de hacer lo que haces. En cuanto a lo de "Tempus fugiti" y "Carpe diem", me encantan, los conocía y los tengo presente en mi día a día. Me uniré a ti, en lo del uso del teléfono, y menos mal que no estoy en Facebook. Totalmente de acuerdo, nos roban miles y miles de minutos y no nos damos cuenta. A ponerle freno. "Tempus fugiti, wassapeum sapien" ja, ja! . La vida es corta, darling, y debemos disfrutar y exprimir cada mínimo detalle, adueñarnoslo, archivarlos y seremos ricos en recuerdos y momentos.
Gracias por participarnos de tus pensamientos y "mea culpa", porque nos zarandeas, al mismo tiempo a nosotros.
Pellizcos de cariño

Yoyo dijo...

Perdón, Tempus Fugit!

Salva & co. dijo...

Hola, One! Qué sorpresa verte por aquí...jajaja. Está claro que estás haciendo campaña pro-carnival day...y sólo por eso, me lo voy a pensar muy seriamente. Y que ganas no faltan, eh.
No sabía lo tuyo con la Basinger...claro, era muy de todos...
Lo del telefonito...pues ya está hablado. Con talento, equilibrio, medida y respeto...lo de siempre.
Un beso, primo.

Salva & co. dijo...

Querida amiga, Yoyo: Gracias por comentar tan pronto, tan extenso y tan bonito. Lástima que ni tú ni nuestras amigas consiguieran comprender el tema de "los cactus" y "las rosas"... lo hubierais disfrutado más. No obstante, debo corregirte porque me encantan "los cactus". De hecho, por eso compartí aquel texto+foto. Las rosas son bonitas y alegran la vista, pero con los cactus puede uno sobrevivir el el desierto, absorven las radiaciones ionizantes (¡Hay que poner uno sobre la tele! ¡Ah, no, que es plana...!) y, sobre todo, te llenan y reconfortan el alma. Por otra parte, no olvides que yo también soy un "cactus". Ejem.
Te agradezco cada palabra que dices sobre mí, no por mí, sino en lo que respecta al reconocimiento a la labor de mis padres, pues todo lo que soy se lo debo a ellos. Me encantan tus locuciones latinas (¡Hay un antes y un después en tu vida desde que se cruzó Bernabé Tierno!). "Experientia docet" es el compendio de toda la sabiduría. En la ciencia es una máxima pero, ay amiga, en la vida es el ABC, al alfa y el omega, todo... nada como crecer y vivir para comprender. Nada como pasar por algo para comprender al que ya lo ha pasado. ¿Y qué es la vida sino experiencia? la clave está en saber aprovecharla. Que el tiempo no transcurra vacío. Que cada minuto, cada día, transcurra repleto de vivencias y aprendizajes. Esa sera una vida aprovechada.
Lo del teléfono es pura anécdota pero es ejemplo de algo que te roba (en cierta forma) ese tiempo al que yo doy tanto valor. ¿¿¿Wasapeum sapiens??? Me mola esa expresión que voy a robarte, que lo sepas. Está llena de talento, gracia y sabiduría. Niña, tú estás desaprovechada...jajaja
Un beso, amiga. Gracias por estar siempre ahí. Te quiero taco.

Armando Rozados dijo...

Tu entrada tiene un gancho, que es la Bassinger, impresionante, y una trastienda, que es el paso del tiempo. Pero yo creo que el tiempo pasa sólo si lo dejamos pasar, y no me refiero al tiempo biológico, ese contra el que no puedes hacer nada, sino el tiempo que tú tanto valoras. Y ese tiempo, si se vive, no pasa, se queda, son lo que yo llamo los años vividos. Del latín no voy a hablar, pues constituye en muchos casos una herramienta de mi trabajo, pero como veo que lo del latin gusta, no sólo a ti sino a tus seguidores, propongo el lema "menos wasapeo y más latineo". Por último, me uno a ONE en lo del CARNAVAL, eso es Carpe Diem práctico, y corriendo que se acaba.

Salva & co. dijo...

Hombreee, Armando, espero que mi entrada tenga algún gancho más que la Basinger...jajaja. Que sigue estando estupenda a pesar de ser una sexagenaria, dicho sea de paso. Comparto tu análisis sobre el tiempo. El que transcurre, es evidente que nada puede hacerse al respecto. Transcurre con su ritmo constante y su inevitable unidireccionalidad. El otro tiempo es el que nos hace darlo por bueno, ese vivido, aprovechado, disfrutado, exprimido y, a veces, incluso multiplicado. Lo contrario, el desperdicio, la abulia, la pérdida, la infravaloración, es la muerte en vida. Desaprovechar lo más valioso que tenemos.
Sobre el latin y los latinismos, sólo decir que me parecen pequeñas píldoras de sabiduría que consiguen comprimir y compactar siglos de sabiduría. Me río yo de las lenguas muertas... Mucho podríamos hablar del tema...pero con una botella de "Les cousins" delante, amigo.
Lo del carnaval... aiiinnsss... lo que tenga que ser será.
Un fuerte abrazo y, como siempre, gracias por pasar pa dentro.