Collage íntimo

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Trocitos...

lunes, 7 de noviembre de 2011

Trabajar con las manos


Ayer estuve de guardia. La noche no fue malota hasta que me llamaron a las 5 de la mañana. Una embarazada con dolor abdominal y vómitos me esperaba somnolienta y encogida en la sala de espera. Después de interrogarla y explorarla, di las indicaciones para que la enfermera le cogiera una vía, le extrajera sangre para una analítica y le administrara unos medicamentos y suero fisiológico.

En fin, yo también estaba somnoliento y encogido, loco por desnucarme en la cama otro rato, pero me quedé mirando cómo la hábil (y también somnolienta y encogida) enfermera hacía su trabajo. Lo que ya había visto cientos de veces, quizá por la tranquilidad de la noche, quizá porque me pilló el cuerpo así, me impresionó más de lo habitual.
La pericia de esas manos en sus movimientos, automatizados por la práctica, pero únicos llamó poderosamente mi atención de forma que no podía dejar de mirar. La preparación del material necesario, el ensamblaje de los diferentes dispositivos, la manipulación del brazo de la paciente, la suave aplicación del compresor, la delicada canalización de la vía y el acoplamiento del bioconector o el sistema de suero, la recogida de los tubos de sangre y los pertinentes cuidados para su traslado, la administración de los medicamentos en suero, la ubicación de la paciente en el box... Ante tal despliegue de actos sutiles, yo no puede consentir estarme quieto mirando y dediqué mi tiempo y mi fuerza bruta a la manipulación de mecanismos para reclinar el sillón, cosa que la paciente agradeció con una pequeña sonrisa, y al transporte de una silla fija para que su marido se pudiera sentar junto a ella. A ver, todos estos músculos tendrán que servir para algo, ¿no?

En fin, presenciar de manera consciente todas esas maniobras de un técnico, eficiente y delicado trabajo manual me embelesó y me hizo recordar otros muchos trabajos, en ocasiones sencillos, que precisan de las manos, de su habilidad, de su entrenamiento y de su calor para ser llevados a cabo.

Recordé a la panadera de Maranchón en su tahona, amasando tibias masas, mezclando ingredientes, dando formas y sabores a nuestro paladar que hoy nos trasladan a la infancia. Este verano pasé un rato por la tahona y la vi trabajar. Le pregunté si no le importaba que le hiciera algunas fotos y negó, no sin cierta extrañeza y timidez. Y allí seguía ella mientras yo disparaba aquí y allí mi querida Nikon, convencido de que estaba haciendo fotos que pasarían a la historia de la fotografía moderna. De vez en cuando le "echaba" una a ella, sobre todo a sus manos, pues no quería incomodarla, y pronto volvía a los mostachones alineados como olivos sobre las bandejas del horno y a las blancas mantecadas recubiertas de azúcar. Evidentemente, allí había también sencillas máquinas, viejos chismes rudimentarios carentes de utilidad lejos de unas manos expertas.

Recordé, instintivamente, dos oficios, hoy día prácticamente extinguidos: los zapateros y los limpiabotas. Cuando yo era niño, en mi calle había un minúsculo taller de zapatero donde un delgado hombre siempre tiznado de betún remendaba zapatos y amontonaba herramientas y días. Como todo el mundo por aquellos años (los 70 y primeros 80), de vez en cuando llevábamos algún zapato a "componer" y, tanto a la entrega como a la recogida, me embobaba viendo las huesudas y tiznadas manos de aquel hombre trabajando sobre la piel, las costuras, las suelas o los tacones, con la solvencia de quien conoce su oficio. Igualmente, los betuneros limpiabotas, con su mundo y su taller concentrado en una pequeña caja, arrodillados, acuclillados o sentados a los pies de sus clientes, daban lustre a zapatos, botines y botas (siempre de caballero, claro) hasta casi poder reflejarse en ellos.

Recordé a los alfareros que sólo he visto trabajar en ferias de artesanía (siempre se me viene a la cabeza los arrumacos subidos de tono que se daban Patrick Swayze y Demi Moore en aquella escena neo-costumbrista de la película Ghost, cubiertos de rojizo barro) que durante siglos fabricaron útiles e insustituibles recipientes que hoy día prácticamente sólo nos sirven como objetos decorativos. ¿Cuánto tiempo hace que no bebéis en un botijo o búcaro? Mi hermana Marta tiene uno en su jardín, colgado de un limonero y es un pequeño, económico y romántico lujo puesto a nuestro alcance, a disposición de nuestros sentidos y nuestros adormecidos recuerdos.

¿Y los artesanos de la madera, el mimbre, el vidrio, la piedra, el metal y tantos y tantos materiales naturales que el hombre ha trabajado desde el origen de nuestra civilización?
¿Y los masajistas, fisioterapéutas, quiroprácticos que con sus manos y su fuerza recomponen las roturas y el dolorimiento de nuestros cuerpos de carne y hueso?
¿Y los cocineros que con sus manos elaboran manjares, platos que, bien con la sabiduría de lo tradicional o bien con el atrevimiento y la curiosidad del que necesita innovar?
¿Y los encuadernadores que cosen y pegan papeles? ¿Y los pastores que azuzan rebaños y ordeñan ubres? ¿Y los agricultores que aran, esparcen simientes y recogen frutos con esas duras manos encallecidas, capaces de acariciar la tierra y dominar sus plantas y sus secretos?
¿Y el músico que toca su instrumento y con sus manos saca arte y belleza de él? El pianista que presiona con pasión las tecla. El guitarrista que rasguea o pellizca las cuerdas haciéndolas vibrar y cantar... Desde el violinista virtuoso y el delicado flautista hasta Machín con sus maracas o los palmeros de Los Chichos...

¿Y los ilusionistas, magos y prestidigitadores que hacen del engaño, arte, entretenimiento y asombro?
¿Y los peluqueros y barberos? ¿Y los maquilladores, esteticistas, etc?

¿Y las amas de casa que guisan, cosen, visten, bañan, peinan, lavan, acarician, limpian y enseñan... (luego quieren que resuma...) con las manos y con el alma al cincuenta por ciento?

En fin, que mi cabeza, haciendo gala de su carácter independiente, comenzó a viajar en el espacio y en el tiempo recordando todos esos oficios en los que las manos hacen la mayor o más importante proporción del trabajo, otorgándole su fuerza, su calor, su delicadeza, su precisión y su sabiduría. Total, que se me fue la pinza un poco.

Por cierto, se llama Alicia. La enfermera.

20 comentarios:

Juancar dijo...

No olvidarse ¡¡¡¡¡
http://www.erroreshistoricos.com/curiosidades-historicas/religion/769-cuerpo-de-pajilleras-del-hospicio-de-san-juan-de-dios-de-malaga.html

rocio dijo...

Me tocó...
No sé si lo volvere a hacer... Trabajarcon las manos...de enfermera...

Salva & co. dijo...

Rocío, perdoname, te lo pido de corazón, por este error imperdonable. Me dejé llevar por las sensaciones y los recuerdos y no reparé en todas las personas que lo iban a leer, una por una. Me pongo ahora en tu lugar y entiendo que puedes haber pasado un mal rato pensando en ello. Nasa más lejos de mis intenciones. Lo siento muchísimo. Ojalá pudiera dar marcha atrás y tragarme esta entrada. Te llamo y charlamos un poco. Un beso.

Salva & co. dijo...

Primo, eso no se lo cree nadie, pero es tela de cachondo y está muy bien "documentado" y "redactado", tanto que podría ser verdad...jaja
Evidentemente se han quedado sin nombrar muchos oficios y "cuerpos" no por ello menos importantes. Yo he nombrado los que se me vinieron a la cabeza. No obstante, se agradecen todas las aportaciones al respecto, reales o "cachondonas" como ésta. Así nos reímos un rato.
Un beso, primo.

rocio dijo...

No hay nada que perdonar.
Me envolvió la nostalgia y la sensación de incertidumbre del futuro.
Realmente me encantó y sentí envidia de esa enfermera. Por tener la suerte de trabajar con un médico tan humano. Me hubiera encantado trabajar con alguien como tú.
Repito, me sentí bien leyendo, y entiendo que ni te cruzara por tu mente,
Un beso enorme guapo, ni te preocupes. Estoy y estaré bien, ya veremos por donde nos lleva la vida. Espero que de vez en cuando nos haga compartir algo juntos.
Besos a todos, y espero impaciente tu próxima entrada.

Anónimo dijo...

Hola Salva, muy bien, hasta que he leído el enlace que ha dejado "Juancar" no te lo vas a creer pero me leído entero y hasta me han entrado ganas de dejar un comentario.

Saludos colectivos (abrazos y besos) para todos.

Victor Manuel Martinez

Anónimo dijo...

Esto leyendo lo que he puesto y suena mal. Lo que quería decir que es que estaba inmerso en lo que habías escrito y de repente el descojonamiento ha sido tremend. Que nadie se lo tome mal

Saludos Colectivos

Victor

Juancar dijo...

Victor te he entendido bien, no te preocupes. Ayer llame a Salva y nos reimos un rato.

Un saludo a tod@s.

TU COMPI dijo...

Me has dejado anonadada...después de tanto tiempo compartiendo momentos laborales contigo,no me dejas de sorprender compi...pero en el fondo puedo imaginarte en ese instante que describes,porque he visto esa virtud tuya de dar gran valor a lo que creemos son pequeños actos cotidianos ...Te mando un gran beso,no cambies nunca (Pero a las 5 de la madrugada !miarma! esto tiene más mérito aún ja,ja,ja)

Salva & co. dijo...

Hola, Rocío. Bueno, me has tranquilizado bastante. Me sentía fatal y ahora me siento incluso un poco bien. No quiero alargar el tema que no da para más: si tú estás bien, yo estoy bien. La añoranza no tiene por qué ser un sentimiento negativo; depende de cómo se encaúce. Gracias por todo cuanto me dices: a mí también me hubiera encantado trabajar alguna vez contigo, ahí, hombro con hombro y compartiendo pacientes y sueño. Pero, bueno, ahora sólo pienso en compartir otras cosas en el futuro a corto, medio y largo plazo. ¿Hace?
Un beso gordo.

Salva & co. dijo...

Amigo Víctor! A mí no me cogió tan de sorpresa porque el mamón de Juancar me llamó la tarde antes para comunicarme oficialmente "primo, que ya te he jodío la entrada"...jajaja Y estuvimos un rato riéndonos y sacándole punta al tema de las pajilleras de la caridad y el alivio de los excesos de testorsterona de las tropas heridas... Macho, dáis más explicaciones que yo... jaja.
Un beso, amigo. Pa tí y pa tu "sargenta" (¡me mata! era por hacer la broma militar)y tu pequeña tropa doméstica de infantería.

Salva & co. dijo...

Hola "compi". Cuando leí TU COMPI y no vi quién firmaba, de momento, pensé... ¿quién es? ¿quién es? Pero, un segundo después, me acordé de quien ah sido mi compi más veces y más tiempo que nadie que me ha ido llevando allá donde ha ido (hablando siempre exageradamente bien de mí) y a quien me une una fuerte amistad, ya de años. Gracias por leer mi blog a la 1 de la mañana y por creer tanto en mí. Te quiero un montón, compi. Una espuerta a rebosar de besos "gordales".

TU COMPI dijo...

Vaya,leñe...hoy estoy de lágrima fácil...y eso es raro en mí ¿verdad Salva?ja,ja,ja...habrán sido tus palabras,por no recurrir a la escusa fácil de las hormonas.Cuando pensé en escribir algo en tu blog y poner el nombre que me identificara no me salió otro "TU COMPI"...y pensé ¿Va a saber quién soy con todos los COMPAÑEROS que tiene,ha tenido y tendrá?...!has superado la prueba!.Así me sigo sintiendo.Besos para toda la familia.

Salva & co. dijo...

Bueno, echaremos la culpa de tus lagrimillas, al 50%, a mis palabras y a tus hormonas, compi. Aunque supongo que también a tu sensibilidad, a nuestro pasado en común, a la crisis, a la campaña electoral, a previsible batacazo de los italianos, a los implantes y la calentura de Berlusconi, a que ya vamos teniendo más años que el hilo negro, al médico de Michael Jackson que ya no hará más guardias, a la luna de miel de la Duquesa de Alba... y a que siempre andamos escribiendo por las noches, cuando hacemos un hueco y la casa está tranquila y en silencio y se piensa y se siente mejor. Un besito, compi. ¡Vente pa Bellavistaaaa!

tod dijo...

Hoy he lamentado especialmente que no conocieras a tu abuelo en su puesto de la plaza de Triana: era un auténtico espectáculo verlo cortar, con sus manos, quesos, fiambres y, sobre todo... jamón: Maestro de muchos en tan noble arte.
Cortar tres pesetas de jamón, con las manos, y que parecieran algo en el papel, era labor artística.

Hasta verle liar el pequeño paquete, con sus manos, era un disfrute... ¡Se disfrutaba con tan poco...!

Un cordial saludo para tanta buena gente que se encuentra uno cuando pasa pa'dentro.

Salva & co. dijo...

Hola, padre. Me alegro de que me recuerdes éste otro oficio y al abuelo en particular. No lo conocí en su plenitud en el mercado, pero lo conocí de mayor, que aún conservaba restos de ese buen hacer y TODO de aquella antigua forma de hacer las cosas. También he conocido muy de cerca a su hijo mediano y no hace falta haber estado en el sol para saber cómo debe quemar, cuando uno nota el calorcito que llega aquí.
Hablando de jamón: Me encanta aquella frase que me enseñaste de aquellos años de hambre, que decía "cuando un pobre come jamón, uno de los dos está malo". Me parece a-po-te-ó-si-ca.
Un beso, padre. Te quiero.

Jose Espinosa dijo...

Aquí falta mi comentario!!!!! Asiduo y fiel seguidor de este blog, yo que soy personal sanitario y enfermero para mayor honra.No voy a decir que yo sea DUE de vocación, tu bien lo sabes Salva, mis tiritos iban por la medicina desde pequeño, a la cual accedí sin problemas, ya en ella tras dos años sin problemas surgieron las sombras sobre mis estudios y también algo sobre mi persona, tercero se me resistía, tampoco es que yo estuviese muy centrado algo se había perdido en mi, no voy mas a flajelarme, es ahí cuando comparto mi vida un año intenso y el que seria mi ultimo en esta carrera, con este peculiar Doctor mi amigo salva, sino recuerdo mal fue el mismo en que conoció a su mujercita,ja ja tras el ultimo tropezón en tercer examen de patología y ultimo por aprobar, se queda en 4,5 revisado por un doctor gilipollas con la plantilla ni siquiera era profesor nuestro, borde como el solo, lo cual me llevaba al desanimo y abandono de la medicina. Fue cuando tras pensarlo mucho elegí enfermería, entre sin problemas, de notas andaba sobrado; y lo que son las cosas ahora describes una situación que nos vuelve a unir porque esa enfermera de las 5:00 AM podría ser yo, que fácil me resulta la descripción de esas habilidades que tantas veces he hecho, y que orgullosos tenéis que estar de trabajar en equipo valorandose los unos y los otros, pues muchos facultativos no enríen la importante labor que hacemos todos incluido nosotros los DUEs , y mas a esas horitas, no he cosido yo heridas a esas horas dios que soñera!!!pero la responsabilidad nos puede y el saber hacer . Solo decirte no olvides nunca esos momentos, y que para nosotros es importante que vosotros no los reconozcáis por igual, muchas gracia y felicidades a tu compañera por tenerte cerca. Ojalá algún día compartamos esos ratos juntos, no estaría mal.
Solo un pero, se que no es intencionado, en el mundo de la enfermería ya no utlilizamos técnico como definitorio de nuestro puesto eso seria ATS, si son técnicas pero el termino es caduco.Solo eso.
Un abrazo ainnns que agustito me he quedao, y yo de resumir nada de nada yo sigo los pasos de este blogero, un saludito!!!!!!

Salva & co. dijo...

Querido Jose: claro que me acuerdo de tu primera vocación y del tiempo que pasamos juntos, que fue corto pero intenso y, sobre todo, divertidísimo. En aquella época, probablemente, todo el mundo (e incluso tú) te preguntaba asombrado que cómo ibas a dejar la medicina, que qué locura... pero, ahora, es evidente que ocurrió lo que tenía que ocurrir y como tenía que ocurrir. Tras los años, gracias a la perspectiva, se entiende mejor y se puede asumir como inevitable, dado que tu vida es ésta. Uf, que se me va. Creo que en el fondo de toda esta cuestión de médicos y enfermeros, auxiliares, etc. (por ejemplo en nuestro sector) están las personas y cómo son. Antes que nada, somos personas y luego compañeros y luego, cada uno, hace su trabajo lo mejor que puede. Yo he aprendido mucho de todos los compañeros que he tenido, fuera cual fuera su profesión y admiro a todo el que hace su trabajo con eficiencia, responsabilidad, compañerismo y cariño; igula me da que sea médico o celador. Sin haberte visto nunca en el tajo (eso habría que arreglarlo...) creo que puedo imaginarte sólo por tu forma de ser; por la persona que sé que eres. Apostaría un dedo...
Sobre lo de "técnico": con "esas maniobras de un técnico, eficiente y delicado trabajo manual" la palabra técnico se refería al trabajo, no a la persona. Que sí, hombre, que ya sé que lo de ATS está mu antiguo... Pero bueno, igual se entiende regular la frase.
Bueno, Jose, gracias por seguir siempre ahí y por no resumir y por los recuerdos que compartimos y por enriquecer este blog con ellos.
Un beso muy fuerte.
PD: ¿Cuándo nos vemos, macho? Me apetece un montón.

María Requena dijo...

Te he mentido de nuevo... Me queda un poco de azúcar en alguna parte y la voy a aprovechar para comentar esta entrada que no comenté en su momento, y que no recuerdo haber leído. Noviembre de 2011, final de mi embarazo, quizás fuera por eso... Vete tú a saber.
¿Y por qué me gusta leerte tanto? Por que puedo mirar el mundo desde tus ojos, desde tu humanidad, desde tu forma de pensar (que casi siempre comparto, otras no hay manera, miarma, jajajaja), desde tu forma de sentir y vivir la vida, y es algo que me encanta y que me hace crecer. Evidentemente, tengo mi propia forma de ver, sentir y vivir la vida, una cosa no quita a la otra, pero muchas veces haces que mi horizonte se amplifique, que abra mi mente, que quiera aprender más, saber más, ser mejor persona, replantearme cosas, no quedarme en la superficie, observar los detalles, pensar, pensar, curiosear, investigar... En fin, ya me conoces.
La entrada me ha encantado, el trabajo con las manos es mi especialidad, ¿Qué te puede contar una terapeuta ocupacional? Nuestro instrumento de trabajo son las manos, las manos con las que proporcionamos nuestra intervención y con las que cuidamos de nuestros pacientes. Las manos que nos hacer ser autónomos, con las que abrazamos, acariciamos, nos alimentamos, escribimos... Las manos con las que "somos". Ahora que tengo un trabajo desde otra perspectiva lo valoro aún más, al igual que todos esos trabajos artesanales que espero que no se pierdan nunca, son nuestra esencia.
Amigo, ahora sí, se me acabó el azúcar. Gracias por tus palabras, no dejes nunca (nunca, nunca, nunca - permíteme en este contexto esta palabra, por qué es exactamente la que quiero usar) de escribir. ¡Qué haría yo...!
Un beso enorme.
PD: Vaya, he encontrado un poquito más de azúcar... Dios mío, no se acaba nunca!! ;)

Salva & co. dijo...

Con un poco de azúcar esa pídora que os dan... la píldora que os dan... la píldora que os dan... jajaja (temazo musical de cine).
Deja de buscar excusas, María Requena, es tan fácil como que a veces no tienes el cuerpo pa farolillos y pensarás... "ahora voy yo a leerme el tostonazo del Salvatore... enseguía, vamo" ajajja... ni embarazos, ni ná de na...
Gracias por gustarte leerme tanto y por querer ver la vida a través de mis ojos. Hay montones de trabajos en los que se usan las manos... pero los que ya son la bomba son en los que se usan las manos para trabajar sobre las personas. la masa de pan, los zapatos y el barro están muy bien... son oficios maravillosos y centenarios... (¡Me encanta!)... pero, ay, las personas... esos cuerpos y esas almas... lo mejor. Es una suerte.
Gracias por tu comentario almibarado, azuacrado, garrapiñado... que me encanta.
Besitos gordos. Muackkss