Collage íntimo

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Trocitos...

domingo, 24 de abril de 2011

El llanto ajeno

Estos días de incienso, cera y chaparrones me han hecho pensar... por supuesto, sin que sirva de precedente.

Siempre me ha chocado mucho ver a esos nazarenos, costaleros, etc. llorando porque su hermandad se quedaba sin realizar la estación de penitencia por culpa de la lluvia. Me parecía (pasado) una exageración, sinceramente.
Niños, chavales y tíos como trinquetes llorando a moco tendido y sorbiéndose los mocos en la manga de la túnica con la mirada perdida en el cielo y sus crueles nubarrones se me antojaba un espectáculo cansino y excesivo.
Siempre pensaba en ese pequeño porcentaje de hermanos involucrados en cuerpo y alma en el día a día de la hermandad, esos que cuando llega la época, se remangan la camisa y dedican tiempo y esfuerzo a limpiar plata, colocar flores, vestir imágenes, etc. y lo comprendía un poco más.

Pero este año de tanta lluvia y tanta lágrima, uno ve más tele que pasos en la calle y, comentando estas cuestiones con unos y con otros, la mente se abre y adquiere perspectiva, "eso" que hace ver más cosas y de forma mucho más clara. Y caes en la cuenta de que ese llanto, irremediablemente es la exteriorización de un sentimiento y ese sentimiento puede nacer de miles de diferentes situaciones, en ocasiones tremendamente tristes. Que no comprendamos dichos sentimientos no quiere decir que no sean reales e intensos.
Sólo hay que ser capaz de imaginar las posibles situaciones y empatizar una mijita.

Muchas personas ofrecen su estación de penitencia como promesa; bien como agradecimiento a Dios por alguna plegaria escuchada, bien como ofrenda previa a dicha solicitud. Con frecuencia éstas tienen relación con la enfermedad, más ajena que propia. Los "males" de familiares y seres queridos, para los que se pide alivio a cambio de ese poquito de esfuerzo y dolor propios.
Otras veces es esa inevitable consecuencia de la enfermedad, la muerte, la que genera promesas y agranda sentimientos. La pérdida reciente de un ser querido es capaz de matizar sin ninguna sutileza el cansancio de un nazareno o el sufrimiento de un costalero. Con mucha frecuencia, además, ese ser querido que falta también salía en la misma hermandad o era un fiel devoto de sus imágenes, con lo que los recuerdos se multiplican exponencialmente.
Éstas entre otras, claro.

Esta semana he aprendido a valorar lo que conmueve a los demás. Lo que hay detrás de cada persona: su vida, su historia, y el motivo de sus lágrimas; inevitablemente escapa al dominio de nuestro conocimiento. Los sentimientos son tan privados, tan auténticos y tan inexplicables que no debemos de ser tan osados como para juzgar los de los demás. Más aún cuando, con frecuencia, no somos capaces de explicar los nuestros propios.

Eso sí, estamos tan acostumbrados a mirarnos el ombligo que lo nuestro siempre nos parece lo más importante; lo único. Nuestra forma de hacer las cosas es la única correcta, sin duda la más acertada. Nuestras preocupaciones las únicas dignas de atención. Nuestros logros han de ser los más aplaudidos y equitativamente repartida la ha de ser la culpa de nuestros fracasos. Nuestros problemas, los más graves, nuestra prisa, la que antes ha de ser atendida y nustras lágrimas las únicas justificadas. ¡A los demás, que les den morcilla!

Todo esto es lo que, sin comerlo ni beberlo, entre chaparrón y chaparrón, he aprendido esta Semana Santa: a dejar de admirar mis pelusas del ombligo y a ponerme un poquito en la piel de los demás.


Lo que no creo es que aguante mucho sin habalr de política...

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Sigo ofreciéndole cuanto pida para poder comprarle para mí para siempre: Ud. consigue que vivir sea una gozosa esperanza de que un día todos podamos ser como Ud.
Rebaje un poco el precio, porque tiene Ud. un defectillo: escribe muy aprisa y no lo repasa, por lo que le salen algunas palabras rarillas...

Anónimo dijo...

Como bien dices cada uno tiene sus motivos, sus sentimientos, al cofrade que lleva gran parte de su tiempo dedicado a su hermandad le queda un vacio al oir las palabras"la junta de gobierno ha decidido que no...", una tristeza al ver que sus niños tan ilusionados por salir de monaguillos se quedan sin salir y brota en sus ojos un mar de lagrimas, unos lo expresan con llanto, otros con silencio,pero todos en ese dia van con su corazon desnudo ante Dios y ante ellos mismos. Es un dia de reflexion y de sentimientos a flor de piel.

Salva & co. dijo...

Anónimo, antes de dejarme comprar por mayor o menor precio, es condición sine qua non conocer la identidad del comprador. Gracias mil por sus halagos que, sin duda, no merezco en tal medida. Y disculpe las erratas y palabros que me seguirán saliendo, pues algo me dice que tendré que seguir escribiendo de esta guisa que da risa: la mar de aprisa, casi sin repaso o, en todo caso, un repaso muy escaso.
¡Salga del anonimato!
Un saludo.

Salva & co. dijo...

Anonimo 2 (¿o es el mismo anónimo de antes?):
Eso que dices es lo que antes no veía y ahora he aprendido a ver y enternder. Los sentimientos a flor de piel no son patrimonio exclusivo nuestro: cada uno tiene los suyos.
Gracias por "pasar un rato pa'dentro".

María. dijo...

Pues si, aunque sea difícil comprender tanta desolación por la suspensión de una procesión para las personas que nunca han vivido una de ellas, para los que hemos estado al menos presenciándolas, sientiendo esa emoción, poniendose el vello de punta, sintiendo como los ojos se humedecen,... sólo habiendo sentido eso unicamente una vez, se es capaz de empatizar con tal desolación...
Por cierto, que creo que la tuya ha sido de las pocas que han salido... espero que te fuera bien.
Un besote y gracias por la reflexión.

Olga dijo...

Creo que ya sabes lo que pienso a cerca de este tema, ¿no? Tuvimos una conversación hace tan sólo tres días... y sí... detrás de cada persona hay una historia, y no somos ABSOLUTAMENTE nadie para juzgar y mucho menos sin conocerla. Me ha gustado esta entrada. Besitos

Salva & co. dijo...

Gracias, María. Parece que, aunque se puedan decir muchas palabras al respecto, al final, es cuestión de "comprender" y de "respetar"; poco más. El miércoles tuvimos tregua y se pudo salir. Supongo que es cuestión de suerte, ¿no?
Besitos.

Salva & co. dijo...

Olga, ¡que grandes son esas coversaciones de los sábados por la tarde! Con tu ron-miel, ahí agustito, los enanos jugando y los papis arregalndo el mundo...
Esa conversación es uno de los factores que han acabado derivando en esta entrada. Me alegro de que te haya gustado. Un besín.

Unknown dijo...

A mi especialmente también me ha encantado esta entrada, por lo que de alguna manera me salpica de lleno, en cuanto a las personas que como bien dices, ofrecen su estación de penitencia como ofrenda previa a la petición hecha a EL, por la sanación o mejoría en la salud de algún ser querido.

Incluso los hay que piden "levantás",
Y los que sin tener siquiera papeleta de sitio, van detrás de la Virgen, con el mismo sentimiento y animo.
E incluso, también hay quién me ha traido la estampita de Cristo y Virgen, que ha llevado pegada al cirio.
También están la que me ha traido una imagen de ELLA pasada por su manto.
Y no puedo olvidar los que me tienen muy muy presente en sus oraciones con sus túnicas en esperando a salir en la plaza de toros.

A todos, desde aqui, aprovecho esta entrada de Salva, para agradecer muy mucho y con todo el corazón esos poquitos de esfuerzos propios y anonimos que habeis tenido conmigo-
GRACIAS... esto me da la vida :)

Pepe Nacional dijo...

Toda la ilusión, de un año entero se rompe por un chaparrón de cinco minutos, en el momento más inoportuno...Cómo no entender tanto llanto. Si a mí mismo, que tan sólo me quedo con lo que tiene de arte, de tradición, de belleza...ésta Semana Santa, me parece una pena.
Y no hablemos Salva de las pérdidas económicas que esto conlleva.
Por cierto, para ponértela botando en el área pequeña con eso de la política...acabo de comprar una bombona de butano, me ha costado 80 cts más que hace dos semanas...sin comentarios.
Abrazos grandes!!

Salva & co. dijo...

Querida Reyes: tú y tu familia sois uno de los claros ejemplos que ilustrarían perfectamente esta entrada. Puede haber tantos motivos, sentimientos, sufrimientos e historias como personas y cada uno de ellos merece nuestra comprensión y respeto. Ofrecer un poco de esfuerzo y alguna oración es lo menos que se puede hacer por alguien que te importa.
Esperemos que, más pronto que tarde, veamos algún fruto.
Un beso muy fuerte.

Salva & co. dijo...

Amigo Pepe, ese sería otro llanto justificado: el del hostelero que ve cómo se esfuman los ingresos que le arreglan medio año por culpa de la lluvia. ¡Eso sí es un buen motivo!
Ya sabe que los delanteros troncos "vivimos" de los balones que nos ponéis vosotros los medio-centros y me acabas de poner "a huevo" el próximo golazo... ¡es que no puedo más!
Mira que no quería, eh...

Un abrazo, Pepe.

Legionario del porvenir dijo...

Salva.como te gustan los gintonic con la espaldita mojadita. Mis mas sincera enhorabuena por esas palabras que has escrito, ya que se que te han salido del corazon o del vaso de balon.

un abrazo muy fuerte.

Salva & co. dijo...

Querido legionario del porvenir. Si a tí te gustan mis palabras, a mí me gustan más las tuyas, aunque eres una perra que no ha escrito un comentario hasta que no se ha hablado d semana santa. Espero que nos tomemos muchos yintonis/jotabecola en vaso de balón, si es posible, con la espaldita seca...
¿Cómo va esa postilla?
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Una entrada muy bonita primo.

Bea

Salva & co. dijo...

Gracias, prima. Un beso muy fuerte.