Yo, ciudadano de la ciudad de la ciudad de Sevilla, mayor de edad, libre de ataduras en lo que a credo e inclinaciones se refiere, autónomo en cuanto a decisiones y movimientos, dueño y abastecedor de mi propio pesebre, en completa posesión de mis facultades, indignado y descorazonado, ACUSO:
1) Al pueblo andaluz de ser cómplice silencioso y omisivo de los delitos y desmanes, de los despilfarros y los dispendios, de la indolencia e incompetencia del gobierno autonómico socialista pasado, presente y futuro. [Copio y pego lo siguiente de un diario digital: Los escándalos judiciales han salpicado tanto a los gobiernos de Chaves como de Griñán. Tanto ellos como algunos miembros de sus gabinetes han sido relacionados con la trama de corrupción de los ERE. Y, pese a que ninguno de los dos está imputado, el desvío fraudulento de dinero público en concepto de «ayudas» durante sus mandatos ha puesto en evidencia a los socialistas. Así, en apenas una década, la Junta gastó más de mil millones de manera fraudulenta. Famosos son ya los conocidos como «fondos de reptiles» y los pagos de comisiones millonarias a las aseguradoras que tramitaban los ERE falsos. Pero no son las únicas irregularidades. El Tribunal Superior de Justicia andaluz también está investigando las ayudas a la contratación indefinida pagadas con fondos europeos. Presuntamente, más de 800 empresas se quedaron con este dinero procedente de la UE. Por no hablar de los «chanchullos» de los hijos de Manuel Chaves.
En cuanto al despilfarro, las cifras son alarmantes. La mala gestión socialista ha provocado que la crisis se haya cebado con los andaluces. Sin embargo, pese a tener un déficit del 1,11% del PIB regional y una deuda de 13.738 millones de euros, la Junta no ha tenido ningún problema en llenar las arcas de los sindicatos con decenas de millones de euros. Sólo en 2011, el Gobierno de Griñán otorgó, principalmente a C.C.O.O.y U.G.T., 70 millones de euros, lo que implica 15,2 millones más que el resto de autonomías juntas. En un sólo día les llegó a «regalar» 54 millones para formar a personas ocupadas. Así, no es de extrañar, que el 60% de ayudas que los sindicatos reciben de las comunidades procedan de Andalucía.]. Todo presuntamente, claro. Miedo me da un gobierno que ya sabe que, haga lo que haga, obtendrá el respaldo del pueblo en cada nuevo sufragio... Miedo me da otro líder político (Valderas, IU) que tendrá peso y poder y que afirma que será un muro frente a los recortes del gobierno central y las políticas de derechas españolas y europeas. Que me explique cómo piensa hacerlo, entonces.
2) Al pueblo andaluz de dejarse manipular por los maquiavélicos políticos del "todo vale con tal de estar en la poltrona", dejando que sus patrañas, su verborrea, su falso izquierdismo, su fingido social-socialismo y su "que viene el coco" haya hecho mella en nuestra capacidad de discernir.
3) Al pueblo andaluz de "hacer la cama" a los políticos cortijeros que llevan tanto en esto que ya ni recordamos cuándo llegaron.
4) Al pueblo andaluz de dejarse enredar en una red insostenible de servicio público, empresas públicas, competencias dobladas, desmesurados cuerpos de funcionarios y cultura del más desvergonzado y ruinoso clientelismo (El clientelismo político es un sistema extraoficial de intercambio de favores, en el cual los titulares de cargos políticos regulan la concesión de prestaciones, obtenidas a través de su función pública o de contactos relacionados con ella, a cambio de apoyo electoral. Wikipedia.).
5) Al pueblo andaluz de dejarse adormecer y embaucar por los prestidigitadores, trileros, tocomochistas de profesión. Expertos en medias verdades y completas mentiras, adalides de las libertades de un pueblo al que llevan arrastrado por el suelo con una correa de castigo apretada al cuello, con la lengüita afuera, jadeando, tragando polvo y quina... pero enamoraditos de su amo que les promete progreso, mejoras, lucha feroz contra el fascismo de la derechona, el capitalismo, el empresario, el conservadurismo rancio y la madre que me parió.
6) Al pueblo andaluz de dejarse embrutecer e inculturizar (palabro que no existe, según la RAE de la Lengua) hasta extremos vergonzantes. De dejarse engañar por quienes jamás dijeron ni media verdad, los que recitan requiebros susurrantes a tu oído mientras te birlan la cartera, las llaves del coche, el smartphone, la dignidad y la vida.
7) Al pueblo andaluz de dejarse comprar por los PER y las "paguitas", las liberaciones sindicales en oferta de 3x2 y 70% la segunda unidad, los 400 euros de mierda, la permisividad para compatibilizar desempleo y "pseudovida laboral chapucera sumergida en la economía de mercadillo".
8) Al pueblo andaluz por creer que el partido de los trabajadores les sigue representando cuando aquí cada vez quedan menos trabajadores como muestra nuestra gangrenosa tasa de paro que nos coloca en lo más alto por una vez: ronea de ser la más alta de España y de las más altas de Europa.
9) Al pueblo andaluz por haber permitido y aceptar llegar a tener la mayor tasa de paro juvenil de España, por admitir con naturalidad situarse en los umbrales de la pobreza o por contar ufanamente con uno de los mayores índices de analfabetismo de Europa (tasa de analfabetismo del 7%, cinco puntos por encima de la media nacional). Por aceptarlo sin buscar culpables, por dejar que le digan que lo negro es blanco y que el director de la orquesta no tiene la culpa de que suene mal; que los responsables son los otros directores que están en su casa viendo el concierto por la tele.
10) A mi amado pueblo andaluz, a mi Andalucía de mis entrañas y de mis carnes, por ser, a sus años, como un pequeño niño a quien se engaña y se manipula con facilidad, un pequeño niño sin cultura, sin dinero, sin trabajo, con un incierto futuro por delante y todas las posibilidades si de trabaja y dirige bien. Un pequeño niño a quien gusta más jugar que otra cosa, disfrutar, el fútbol, la fiesta, que le den todo hecho, que no le riñan ni le castiguen, los regalos y los juguetes, dormir su siesta y que le limpien la caquita, las palabras bonitas y las carantoñas aunque se haya portado mal, las mentirijillas de los papás, el chocolate antes de cenar... No temer al coco. Un niño que luego será un adolescente maleducado y más tarde un niñato intrigante y desafiante, con tendencia a lo asocial, a la delincuencia y al trapicheo ilegal, con algunos abortos a las espaldas y varios hijos no deseados, separado, enredado, machista y violento... maltratador. Con sus temporaditas entre rejas, sus bis a bis, sus trapicheos en el trullo. El menudeo y el consumo. Las mafias, las palizas, las navajas y las pipas, las reyertas y los tiroteos. El SIDA y la muerte.
Ésta, ¿por qué no?, podría ser la vida de un niño llamado Andalucía si se tratase de un personaje de ficción. Ficción en la que yo acusaría a sus padres de negligencia, de abandono, de falta de criterio y de responsabilidad. Y trataría, si estuviera a tiempo, de arrebatárselo a toda costa, de ponerlo a salvo de la mala influencia y lejos de la dirección peligrosa, convencido de que ese hecho es la única posibilidad de salvación de Andalucía.
Tenía esta entrada escrita pero la falta de tiempo la ha retrasado y la casualidad ha querido que haya sido publicada hoy 29 de marzo de 2012, día de la huelga general que no secundo bajo el convencimiento de que resultará más dañina que beneficiosa para nuestro país.
No comparto el contenido de la reforma laboral, pero lo comprendo en el contexto del conjunto de unas medidas que, aproximando dichas condiciones laborales a lo que existe en el resto de Europa, buscan el estímulo en la creación de empleo y no lo contrario. Lo que ocurrirá en el futuro lo desconozco. Con la bolsa por los suelos, la prima de riesgo en el tejado (en los ladrillos que rematan la chimenea, diría yo) y medio continente insinuándonos que somos los últimos de la fila e invitándonos al rescate, lo último que necesitamos es una jornada como ésta que supone pérdidas milmillonarias y deterioran la imagen externa del país, con todo lo que ello implica en este delicado momento. Según la opinión pública, corremos el riesgo de "helenizarnos", es decir, volvernos como Grecia... y, luego, kaput.
Buen día de huelga a todos y felices próximos cuatro años. Que Dios nos coja confesados.
